¡VIVA LA MAKETERÍA DE ELGOIBAR!

"Tal es el grito que proferimos al conocer lo acaecido en la linda villa guipuzcoana con motivo del nombramiento de un veterinario municipal. Vacante dicha plaza por renuncia voluntaria del que la desempeñaba, anunció el Ayuntamiento concurso de aspirantes, exigiéndose, entre otras condiciones, la de que el agraciado habría de conocer el idioma vasco, y estableciéndose la cláusula de que en igualdad de circunstancias serían preferidos los de este país.
Así las cosas, fueron presentadas dos instancias en solicitud de la plaza: una del que ejerce igual cargo en Zarauz y otra del veterinario de Deva. El primero, vasco; el segundo, castellano; el primero, que habla el vascuence; el segundo, que no lo sabe; éste con su práctica profesional, el primero con la suya.
Indudable parecía, por tanto, que el nombramiento recayera en nuestro compatriota el veterinario de Zarauz, pues, aparte de que sus méritos y servicios no desmerecen al lado de los que el otro solicitante pueda alegar, reunía la condición, impuesta como indispensable, de saber vascuence. O sea, hablando más claro: entre los dos aspirantes, el vasco llenaba cumplidamente todos los requisitos exigidos, mientras que al castellano faltábanle, por lo menos, uno de ellos, y no por cierto de escasa importancia, por lo cual debió desecharse su pretensión, no admitiéndose la instancia que presentó.
Mas en Elgoibar, a lo que se ve, las gastan muy pesadas, porque es el caso que reunido el Ayuntamiento acordó unánimemente conferir el cargo de veterinario municipal al solicitante castellano, al que estaba fuera de concurso.
Comentarios... ¿y para qué hemos de hacerlos, lectores? Es tan triste todo esto y nos causa tanta vergüenza tener que registrar ciertos hechos, que en ocasiones preferiríamos que todo se lo llevara la trampa antes de consentir que nuestro pueblo se halle a merced de los caprichos y ambiciones de unos cuantos caballeros particulares que buscan su propio medro causando la desgracia de los demás.
Comentarios... ¿y qué habíamos de decir que no hayamos dicho en mil ocasiones? ¿Que éste es un país que se va? No tal; tengamos fe en sus destinos y trabajemos afanosos en la obra de su reconstitución. Esas disposiciones desatinadas, esos acuerdos que nos hieren, sean otros tantos acicates que estimulen nuestras energías, forzándonos a no cejar en nuestro empeño y a desear que luzca muy pronto en Euskeria el sol de la verdadera libertad.
Y ahora dos palabras al señor alcalde de Elgoibar.
En el momento en que el Ayuntamiento de su presidencia adoptó el acuerdo de nombrar veterinario municipal al castellano señor Chacón y Delgado, un caballero que asistió a la sesión ocupando un puesto en el lugar destinado al público, no pudiendo reprimir sus entusiasmos de patriota, dijo lo que sigue: Apruebo, señores, y viva la maketería de Elgoibar.
Esto que nada tenía de particular, atendido el hecho que motivó tan sencillo desahogo, y el modo de celebrar las sesiones del Ayuntamiento en los pueblos de corto vecindario, fue motivo suficiente para que el señor alcalde detuviera por sí a aquel señor y por su mano le encerrara en la prevención de donde le mandó salir al cabo de algún tiempo, poniéndole en libertad previa solicitud de perdón que le fue impuesta.
Y mire el señor alcalde, su determinación fue bien o mal fundada. En el primer caso no debió haber dado la orden de libertad, ni mucho menos hacer al interesado que demandara perdón. ¿Hubo delito, hubo falta? Pues tribunales hay encargados de declararlo o imponer penas a quienes las merecieren. ¿Que no existía materia penable? En ese caso el arresto era improcedente.
Y por lo que hace a lo del perdón, vamos, que es risible el nuevo procedimiento puesto en práctica por el señor alcalde de Elgoibar. Y a fe que no lo echaremos en saco roto.
Con que viva la maketeria de Elgoibar.
Dicho sea con la licencia del señor alcalde."
En Euskalduna, nº 287, 24 de mayo de 1903