¡CARIDAD!

"Desde el primer día que empezó a sentirse el temporal o más bien la serie de temporales que han conmovido nuestra atmósfera y agitado nuestro mar, el Ayuntamiento de Bilbao, disponiendo de las cantidades recaudadas en otras épocas entre el vecindario para benéficos fines, procedió a la distribución diaria de raciones a las clases jornaleras, mientras se encontrasen sin trabajo.
El número de raciones despachadas ascendió en los primeros días a cuatro mil; fluctuando entre dos mil quinientas y tres mil en los siguientes días.
Pues bien: ni aun el cinco por ciento de los que iban a solicitar ración diariamente, eran naturales de nuestro país. No había más que verlos; que en el tipo repugnante se le distingue al primer golpe de vista al individuo de raza maketa.
Esto quiere decir, notará alguno, que hay en Bizkaia pocos pobres euskerianos y muchos maketos. Cierto es que la mayor parte de los mendigos vagabundos, de los pobres que socorren las Conferencias de San Vicente y de los asilados por la caridad bizkaina, son españoles; pero no es ésta la exacta explicación de aquel fenómeno. Lo que aquello quiere decir es que a los pobres españoles, faltos de dignidad por la naturaleza de su raza, no les salen los colores al rostro cuando se ven precisados a pedir limosna; que hay entre ellos muchos que son, por esto, mendigos de profesión; y que no pocos de los que componían aquellas legiones socorridas en los días del temporal, irían a demandar ración teniendo en casa alguna cosa con que pasar el día. Lo que quiere decir es que los pobres euskerianos prefieren pasar hambres terribles y aun a veces sobrellevar la muerte antes de decidirse a pedir; que tienen dignidad bastante para no dedicarse a la mendicidad por oficio; que, pues ellos por lo regular no han de llamar a la puerta para pedir socorros, es preciso buscarles por medio de las Conferencias para conocer su indigencia, y aun así y todo ocultan en gran parte sus necesidades, contestando que habrá otras familias más menesterosas. Lo que aquello, por último, quiere decir es que aquí se le prefiere al de fuera y son postergados nuestros hermanos en todos los órdenes y géneros de beneficencia y caridad.
...
Les tenéis miedo a los maketos (que es el colmo del tenerlo) y por eso les dais de comer. ¡Ah! Si nuestros sencillos marineros, en vez de sufrir con noble paciencia su pobreza, convinieran un día hartos ya de ser considerados como perros por vosotros sus hermanos, en atravesar los montes y caer hambrientos sobre este vuestro Bilbao..., es probable los socorriérais entonces, no con la misma caridad, sino con el mismo o mayor miedo con que hoy lo hacéis con los maketos. ¡Pero son sufridos y honrados... y no importa se mueran de hambre!
Con esa invasión maketa, gran parte de la cual ha venido a nuestro suelo por vuestro apoyo, para explotar vuestras minas y serviros en los talleres y en el comercio, estáis pervirtiendo la sociedad bizkaina, pues cometa es ése que no arrastra consigo más que inmundicia y no presagia más que calamidades: la impiedad, todo género de inmoralidad, la blasfemia, el crimen, el librepensamiento, la incredulidad, el socialismo, el anarquismo... todo ello es obra suya. Pero esto no les basta a los capitalistas bizkainos: están corrompiendo el alma del bizkaino, y les es preciso también abandonar su cuerpo a la miseria y al hambre, para sustentar al extraño.
Si no puede ser otra cosa mientras los montes de Bizkaya tengan hierro en su seno, ¡plegue a Dios se hundan en el abismo y desaparezcan sin dejar huella todas sus minas!
Fuese pobre Bizkaya y no tuviera más que campos y ganados, y seríamos entonces patriotas y felices."
[Reproducción del artículo de Sabino Arana Goiri, del mismo título, tomado de su periódico Bizkaitarra, 20-1-1895]

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