NUESTROS MOROS

“Los maketos. Esos son nuestros moros.
Con una diferencia: que los moros odian a los españoles, porque están por éstos en parte dominados; y los maketos, ellos son los que nos esclavizan; y no contentos con esto, pues nos aborrecen a muerte, no han de parar hasta extinguir nuestra raza.
Tampoco podemos decir de los maketos lo que los españoles de los moros: “hay maketos en la costa”; porque ya se han metido en nuestros hogares. Ni es lo mismo oír decir: “maketos vienen”, que verlos venir. Ni parece que “hay maketos y bizkainos”, sino que todos somos hermanos.
Lo que sí podemos es plagiar una celebérrima frase: “el maketo: ¡he ahí el enemigo!”
Y no me refiero a una clase determinada de maketos, sino a todas en general: todos los maketos, aristócratas y plebeyos, burgueses y proletarios, sabios e ignorantes, buenos y malos, todos son enemigos de nuestra Patria, más o menos francos, pero siempre encarnizados.
Y entiéndase que no los aborrecemos porque sí. Si el español se estuviese quedo en su tierra, no tendríamos por qué quererle mal.
Pero es nuestro dominador y nuestro parásito nacional: nos ha sometido y privándonos de la condición a que todo hombre y todo pueblo tiene derecho, la libertad; y nos está carcomiendo el cuerpo y aniquilando el espíritu, y aspira a nuestra muerte. ¿Cómo hemos de quererle bien?
No se crea, sin embargo, que el remedio está hoy en empuñar el fusil contra el maketo. Nada de eso. El remedio está en desterrar de nuestra mente y nuestro pecho toda idea y todo afecto españolista; en arrancarnos de los partidos españolistas que lo son todos los hoy militantes (lo diré por centésima vez), el integrista, el carlista, el euskalerriaco, el liberal, el republicano y el católico contemplativo del Inútil-Club o El Centro; en unirnos después bajo la tradicional bandera de nuestra única Patria, bajo el sagrado lema de Jaungoikoa eta Lagizarra, Dios y Tradición, Religión y Política bizkainas; y el construir mientras dure esta paz de esclavitud un solo cuerpo bizkaino, una verdadera familia, aislando por completo a los maketos en todos los órdenes de las relaciones sociales, con lo cual le sería imposible la vida al que se ha establecido en las villas del interior y las anteiglesias y punto menos que imposible al de esta desdichada zona del Nervión.
Si, llevado a cabo este procedimiento en Bizkaya por los bizkainos y los demás euskerianos en ella avecindados, siguieran el ejemplo los guipuzkoanos en Gipuzkoa, los nabarros en Navarra, y en Álaba los alabeses, y las asociaciones de estas cuatro regiones euskerianas se abrazaran estrechamente para formar una grande y compacta familia nacional... el día llegaría en que,si no se hacía de buen grado justicia internacional, Euskeria recobrase su libertad por los medios que la historia aconseja.”
[Reproducción del artículo de Sabino Arana Goiri del mismo título, tomado de su periódico Bizkaitarra, 10-12-1893]

No hay comentarios: