EL ANTIMAQUETISMO

"Cuando hace más de cuatro años, en julio de 1894, dediqué a este mismo asunto dos artículos en Las Noticias, de Bilbao, mi pueblo, no faltó quien dijera que veía visiones concediendo inmerecida importancia a una chifladura sin alcance alguno. Sucesos posteriores revelaron que no exageré la importancia del movimiento denunciado allí, y la elección del señor Arana ha atraído, por fin, sobre él la atención general.
Creo conocer bastante bien el carácter y alcance en la comarca que el Nervión baña del movimiento llamado separatista, cuyo valor es inútil querer deprimir. Extiéndese su espíritu, con mayor o menor intensidad, desde los que se contentan con escribir Bizkaya y otros desahogos tan inofensivos y pueriles, hasta los que leían con fruición aquello de que si un maqueto, estando ahogándose, pidiera socorro a un vizcaíno neto, debía éste contestarle: nik eztakit erdaraz (no sé castellano), barbaridad que se estampó en un papel que circulaba con éxito entre el clero joven de Vizcaya.
El calificativo más adecuado al movimiento no es tanto el de separatismo como el de antimaquetismo. Es ante todo y sobre todo una explosión de enemiga hacia el español no vascongado, el maqueto, establecido en Bilbao y que allí trabaja. Las raíces del movimiento son de carácter económico, radicando en el desarrollo industrial de la región minera. Es un hecho análogo a tantos otros fenómenos sociales semejantes, como la enemiga de los checos contra los alemanes en Bohemia, pongo por caso.
En el mismo Ayuntamiento de la villa de Bilbao han llegado a establecerse diferencias con motivo de cierta escuela de sordomudos entre los vecinos indígenas y los vecinos naturales de otro pueblo, como si éstos no contribuyeran en igual medida que aquéllos a levantar las cargas municipales. Y es un síntoma harto significativo el de que tal monstruosidad pasase sin más protesta que la de los socialistas. El antimaquetismo manso tiene en Bilbao más raíces de lo que se cree.
El nombre maqueto, de origen castellano, procede de la región minera, donde se le aplicaban en un principio, en sentido de advenedizos o intrusos, los naturales de la comarca aquella, y con ellos los obreros del país, a los pobres braceros que acudían de toda España a ganarse un jornal con su trabajo, enriqueciendo a los dueños de minas, vizcaínos en su mayoría. De allí se ha extendido a toda Vizcaya.
El rápido desarrollo que en poco tiempo alcanzó la industria extractiva del Nervión, y la riqueza que a su favor fue acumulándose, atrajo multitud de gentes de toda España, como siempre sucede, tiene que suceder y debe suceder.
Mientras se encontraba fácil empleo productivo para los ahorros del pasado trabajo, y con la extensión de éste crecían el interés del capital, el beneficio del empresario y la renta del propietario, era bien recibido todo el que acudiese a hacer producir a los capitales y se miraba con buenos ojos la inmigración; pero así que se ha llegado al punto crítico de la acumulación capitalística y que los capitales difícilmente hallan empleo lucrativo para sus dueños en aquel mismo mercado, ha tomado gran incremento toda forma de aplicación socialmente improductiva y florece que es una plaga el agio en todas sus formas. Bilbao padece el brutal caciquismo de la industria, ejercido por gentes del país sobre todo, no por maquetos y por gentes sin cultura ni elevación de miras.
Hoy tal vez sea Bilbao la población española en que sobre más capital, ya que no riqueza, y buena prueba es de ello que fue la que más contribuyó proporcionalmente al famoso empréstito patriótico. Y como en todos los pueblos en que se llega a este punto crítico, la demanda de trabajo se restringe y sufre grandes oscilaciones, las crisis se hacen endémicas, encarece la vida y se quedan multitud de jóvenes sin colocación. En Bilbao, donde la vida es cara, gastan inútilmente las aceras del bulevar muchos jóvenes de carrera, sobre todo desde que existe el Colegio de Deusto. Y en tal situación vuélvense los hijos del país contra los de emigración, y los vizcaínos de anteayer contra los de ayer, acusándose de intrusos y perturbadores.
Es que los colaboradores de la producción se han dejado sentir como concurrentes al consumo; es que hay que repartir el trigo entre los segadores, y tocan a poco. Culpan a la llamada invasión de males que lleva consigo el proceso mismo económico. Es la cantinela de siempre, basada en profunda ignorancia del dinamismo social, ignorancia que es la base principal del movimiento antimaquetista, cuyo actual cabecilla, aunque no de talento, carece en absoluto de sentido histórico, a pesar de las historias de que tiene atiborrada la mollera, y se muestra en sus escritos ayuno por completo de cultura científica en cuestiones sociales. Escribe como quien tratara de química con la ciencia de los alquimistas.
Que hay que separar el antimaquetismo de la cuestión foral, lo prueba el hecho de que florezca aquél en Bilbao, cuya historia durante siglos ha sido un continuo pleito contra la base del régimen foral mismo, con cuyo restablecimiento perdería no poco la villa del Nervión. El antimaquetismo toma fuerza allí donde se extiende la transformación social que el proceso económico del industrialismo lleva consigo. Al aldeano del interior de Vizcaya le preocupa más la adquisición de los bienes que fueron del común en un tiempo (pastos y montes comunales, etc.) por particulares, alguno de ellos rabioso antimaquetista.
Muchas cosas ofrece este completísimo asunto, sobre el que he de volver algún día. Me he limitado en estas líneas a exponer el que creo su verdadero carácter íntimo, despojándolo de concomitantes y accesorios que le reúnan.
Nada digo de los remedios al mal, porque antes de recetarlos es preciso diagnosticar bien la enfermedad y estudiar sus causas. Mas, aparte de lo que puede hacerse entrando de lleno en la vía de las reformas sociales (leyes sobre el trabajo, etc.), mucho se conseguiría atendiendo a las aspiraciones regionalistas, indispensable factor de la regeneración de España. El regionalismo es en el fondo, no ya distinto, sino hasta opuesto a todo antimaquetismo.”
[Reproducción del artículo del mismo título de Miguel de Unamuno en El Heraldo de Madrid, 18-9-1899]

2 comentarios:

Magnolia dijo...

Estimado Pedro:

He leido en el blog de Fernando Maura un post que creo entender que iba dirigido hacia mi.
Yo no estoy orgullosa de ser socialista, lo estuve que es diferente... mi post iba dirigido a Blanca porque me pregunto a ver porqeu no me afiliaba a UPyD y yo le dije que tenia una pequeña esperanza, que las personas pasan y el partido continua y que iba a esperar, una de mis pocas esperanzas se fue cuando Rosa Diez dejo el partido, siempre he creido que desde dentro se puede hacer algo. Yo no me puedo creer que un partido internacional, estatal no pueda resurgir otra vez y ser como era antes y por eso nombraba a un monton de personas que pasaron por el partido o que todavia siguen pasando pero que han dado un vuelco en sus ideas y sus formas de ver cosas, los cuales muchos de ellos me han motivado (no se si es la palabra correcta) a afiliar y a luchar por mis ideas ( te tengo tambien que dar en la razon en que mi voto tambien puede estar influenciado en cierta manera por el voto familiar)
A mi no se me olvidaran nunca esos momentos de gloria en el Kursaal, Savater, Mayor Oreja y Redondo levantando las manos juntos, nunca, nunca podre olvidar esas elecciones en las que por cincuenta mil votos, no?¿ no se desbanco a los nacionalistas...
Yo creo y sigo creyendo en esos socialistas, en esos socialistas que hacian grandes pactos ocn el principal partido de lo oposicion actualmente y anteriormente con el partido del gobierno, en esos socialistas creo, con sus disputas logicamente, sino seria muy aburrido, en esos socialistas que iban con los populares a apoyarles cuando uno de los suyos era asesinado por esta panda de criminales y viceversa....en esos socialistas creo y de esos socialistas me siento orgullosa.
Me he sentido muchas veces discriminada en este magnifico Pais Vasco por culpa de los nacionalistas. Nunca he podido llevar mi rosa y mi puño cerca del corazon, por miedo, mucho miedo y por muchas alas que se les ha dado a los partidos nacionalistas tanto partido popular como partido socialista porqeu los dos les han dado aliento fresco. Mas el partido socialista pues puede que si, y sobre todo Felipe, yo estuve en ese mitin de esa famosa frase de mis amigos los nacionalistas, lo siento Nicolas Redondo (mas o menos dijo Felipe)ya ahi se acabó.Tengo 27 años y ahora alzo un poquito la voz sin miedo....
No se si me habras entendido algo, la verdad es que me cuesta mucho expresarme escribiendo.
Un saludo

Pedro José Chacón Delgado dijo...

Gracias Magnolia, por dirigirte a mí en mi propio blog.

Mira, creo que nos pasa lo mismo en cuanto a decepción política en el ámbito del socialismo.
Es una vieja historia. Yo quizás la haya vivido más porque soy mayor que tú, tengo 43 años, que se dice pronto.
Siempre me acordaré de mis primeras elecciones, justo fueron las del 82 cuando Felipe arrasó. A Felipe le votamos todos. Fue nuestra gran esperanza. Y en el País Vasco, así como en Cataluña, todos los maketos y los charnegos le votaron en masa, había tantos andaluces entre ellos que la identificación fue inmediata con él y con Guerra también, claro.
Pero el tiempo pasa y las cosas las tenemos que ir viendo desde nuestro propio punto de vista.
La historia de la inmigración en el País Vasco, la historia de tantas y tantas gentes como tú seguramente y como yo está por hacer y, sobre todo, por reivindicar. Yo lo intenté en mi libro y lo seguiré intentando, porque creo que merece la pena. Ahí está nuestra memoria y nuestra identidad, no tenemos otra.

Hacerlo es muy importante, entre otras cosas, y no se dice casi nunca, porque somos tantos, si no más, que los nativos en el País Vasco, y muchos más que los nativos nacionalistas. Lo que pasa es que durante mucho tiempo muchos inmigrantes han tenido la ilusión, y la tienen, de ser considerados en pie de igualdad con los vascos nativos, a lo que tienen todo el derecho, y votan nacioanalista, y también se abertzalizan, de manera patética, pero desgraciadamente los nativos nacionalistas no les dejan considerarse del todo vascos, porque ellos siempre quieren ser los primeros, porque para eso son de aquí de toda la vida. En fin, qué te voy a contar.

Lo de que PP y PSOE en las autonómicas del 2001 estuvieron a punto de lograrlo es cierto, pero yo, que también estuve en el Kursaal entonces, no lo ví claro. Faltaba cultura política para unir a las gentes del PP y del PSOE, porque desde siempre en el País Vasco hemos estado, creo, en bandos muy separados. No hay conciencia de identidad común. La falla ideológica, o de clase, separa todavía demasiado, mucho más de lo que puede separarles a los nacionalistas. Ellos están más unidos en eso y de ahí que ganen siempre.
Los socialistas y los populares no tienen una cultura común, una identidad común frente a los nacionalistas. Hay muchos socialistas a los que les repele la reivindicación pura y simple de españolismo que hacen los populares. Y yo creo que en esto tienen razón, porque el españolismo está muy bien, pero también hay que reivindicar que vivimos en el País Vasco, y eso no se hace nunca, lo vasco es siempre para los vascos, y nosotros, los que vinimos de fuera, ¿qué?, pues claro que vivimos aquí, como reza el eslogan del nacionalismo, pero no somos nacionalistas, tampoco nativos, somos otra cosa.

El socialismo, históricamente, lo explico en mi libro, siempre ha estado muy influído por el vasquismo guipuzcoano, que es mucho menor numéricamente hablando que el vizcaíno (mayoritariamente inmigrante) y eso es lo que ha producido que los socialistas vascos siempre hayan hablado de vasquismo, vasquismo, cuando nunca han sabido explicar a sus bases qué significa eso.

En fin, que no me enrollo más. Creo que en lo sustancial estamos de acuerdo. Y creo que en estas elecciones hay que dar una oportunidad a este partido nuevo, a ver qué pasa.

Un saludo muy afectuoso.